Políticas energéticas del Ayuntamiento
Las ciudades son responsables del 70 % de las emisiones de CO2 que se generan en el mundo y son especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático por la elevada densidad de población y de servicios que concentran. Así, las ciudades son una parte del problema, pero también un agente imprescindible de la solución.
El modelo energético actual se basa en el consumo de energía de origen fósil, que debe importarse, y es una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero. En cambio, la energía generada a partir de recursos locales (renovables y residuales) representa solo el 2 % del total que se consume en la ciudad.
Barcelona es una ciudad con una larga tradición en la lucha contra el cambio climático, y desde el año 2002 ha ido desarrollado diversas actuaciones de planificación con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, aumentar la generación de energía renovable y local, mejorar la eficiencia energética y adaptarse a los impactos esperados.
Declaración de Emergencia Climática y Plan Clima
Las evidencias científicas de la crisis climática global son irrefutables y ya estamos sufriendo sus efectos; nos encontramos, pues, ante una emergencia climática. Para hacer frente a esta situación, se deben reforzar y acelerar las acciones previstas en el Plan Clima y es en este marco que Barcelona ha declarado la emergencia climática.
Emergencia climática
El 15 de enero de 2020, la ciudad de Barcelona declara la emergencia climática y acelera un paquete de cambios que comprometen a todos los agentes de la ciudad.
Plan Clima
El 26 de octubre de 2018 se aprobó el Plan Clima 2018-2039 de Barcelona. Un plan estratégico con un horizonte temporal fijado en el 2030, que incluye objetivos y medidas estratégicas a corto plazo (2018-2020) y a medio y largo plazo (2021-2030). Consta de cuatro ejes estratégicos: mitigación, adaptación/resiliencia, justicia climática e impulso a la acción ciudadana.
Transición hacia la soberanía energética
La ciudad trabaja para construir su propio modelo energético basado en el suministro de energía 100 % renovable, con cero emisiones y accesible a todo el mundo de manera democrática.
Este cambio no es inmediato, ya que significa implicar a la ciudadanía y capacitarla para tomar decisiones sobre la energía, repensar las soluciones de financiación, diseñar nuevos modelos de gobernanza adecuados y entender la planificación urbana como una herramienta para avanzar hacia un futuro sostenible y bajo en carbono.
Es una apuesta por la soberanía energética para reducir el consumo de energía mediante la eficiencia, para el uso responsable de la energía, para el autoconsumo y una máxima generación energética local utilizando los recursos propios, ya sean renovables (como el sol) o residuales, y para asegurar un suministro básico para toda la ciudadanía. Asimismo, deben resolverse los problemas que plantea la normativa energética actual y se debe llevar a cabo con la colaboración ciudadana.
Derechos energéticos de la ciudadanía
La luz, el agua y el gas son un derecho básico y todo el mundo tiene garantizado su acceso. Así lo recoge la Ley 24/2015, que prohíbe a las compañías cortar el suministro a los hogares vulnerables y las obliga a mantener el servicio mientras dure la situación de dificultad económica.
Los puntos de asesoramiento energético son un servicio del Ayuntamiento de Barcelona para ofrecer la información, la atención y la intervención necesarias para que las personas puedan ejercer sus derechos energéticos y las compañías no les nieguen el acceso a los suministros básicos.
El Ayuntamiento dispone de puntos de atención a la ciudadanía donde informarse.
Estrategia de impulso de la generación de energía solar
El Ayuntamiento impulsa el aprovechamiento de las cubiertas, las azoteas y el espacio público de la ciudad como espacios de generación de energía, a través de la estrategia de impulso a la generación de energía solar en Barcelona.
Otros planes
La Agencia de Energía de Barcelona desarrolló el Plan de Energía, Cambio Climático y Calidad del Aire para el periodo 2011-2020 (PECC). Este plan propone actuaciones transversales y ambiciosas para dar respuesta al compromiso firmado por Barcelona en el marco del Pacto de Alcaldes y Alcaldesas de la Unión Europea, que tiene como objetivo reducir un 20 % las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la actividad municipal en el año 2020.